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viernes, 28 de junio de 2019

EL COMERCIO DESTACA POTENCIALIDAD DEPORTIVA DE AGUAYTIANAS


Diario El Comercio, en las páginas de su sección especial SOMOS, publica y destaca a aguaytianas Angie Cárdenas y Eldi Paredes, deportistas de halterofilia (levantamiento de pesas), en el contexto de su preparación que realizan para la competencia de los Juegos Panamericanos Lima 2019 que ya se aproxima.

Da a conocer la forma cómo ambas se iniciaron en esta disciplina, los logros que han obtenido y sus potencialidades para la siguiente competencia.

Lee toda la publicación del diario El Comercio que reproducimos a continuación:
Angie Cárdenas y Eldi Paredes son las hijas predilectas de Aguaytía, cuna de levantadores de pesas de Ucayali. Ellas buscan dejar en alto el lugar que las vio crecer en los próximos Juegos Panamericanos Lima 2019.

Poco importa que el sol queme, que la temperatura alcance los 31 grados –con una mínima de 28– o que tengamos que viajar tres horas en auto desde Pucallpa para llegar a Aguaytía, capital de la provincia de Padre Abad, en Ucayali. Las pesistas nacionales Angie Cárdenas, de 25 años; y Eldi Paredes, de 18, están emocionadas. Desde enero no ven a sus familias, pero un torneo en casa, donde son invitadas de honor, les permite verlas antes de lo esperado. Para eso han hecho un alto en sus entrenamientos en la Villa Deportiva Nacional, en San Luis. Y al menos por un instante se olvidan de las competencias que vienen (Lima 2019 es la más próxima). Sus mentes, al igual que el cielo que nos guía, están despejadas.

FUTURO QUE BRILLA

Eldi conoció el mundo de la halterofilia a los 12 años, en una visita a casa de su abuela paterna. Su tío Pedro Paredes, que practicaba esta disciplina –que consiste en levantar el máximo peso posible en una barra donde se colocan discos de entre 5, 10, 15 y 20 kilos en los extremos–, la invitó a participar. Accedió. Aunque, admite, no fue amor a primera vista. “Dejé de practicar y después de un tiempo, por insistencia suya, volví”, recuerda. Empezó a participar en los campeonatos locales y en cada uno ocupaba podio. Pronto, su talento estuvo en la mira de los entrenadores del Instituto Peruano del Deporte (IPD). Un año después la convocaron para ser parte del Centro de Entrenamiento para Alto Rendimiento (CEAR), en Chiclayo.

La misma edad tenía Angie cuando, hace 13 años, tuvo el primer acercamiento a las pesas, gracias a su hermano mayor, al que veía entrenar todos los días. Le bastó un año para batir el récord nacional: 51 kg en arranque y 65 kg en envión (técnica que consiste en levantar la barra en dos tiempos: primero en los hombros y luego impulsando la barra sobre la cabeza, con los brazos estirados) en la división sub 13. En 2009, le llegó una invitación del CEAR. De aceptar, podía formarse como deportista profesional y representar a Perú en competencias internacionales, pero también debía dejar familia, amigos y su vida en Aguaytía. Le costó, pero hoy no lo lamenta.
EL COMERCIO

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