Diario
El Comercio, en las páginas de su sección especial SOMOS, publica y destaca a aguaytianas
Angie Cárdenas y Eldi Paredes, deportistas de halterofilia (levantamiento de
pesas), en el contexto de su preparación que realizan para la competencia de los Juegos
Panamericanos Lima 2019 que ya se aproxima.
Da
a conocer la forma cómo ambas se iniciaron en esta disciplina, los logros que
han obtenido y sus potencialidades para la siguiente competencia.
Lee
toda la publicación del diario El Comercio que reproducimos a continuación:
Angie
Cárdenas y Eldi Paredes son las hijas predilectas de Aguaytía, cuna de
levantadores de pesas de Ucayali. Ellas buscan dejar en alto el lugar que las
vio crecer en los próximos Juegos Panamericanos Lima 2019.
Poco
importa que el sol queme, que la temperatura alcance los 31 grados –con una
mínima de 28– o que tengamos que viajar tres horas en auto desde Pucallpa para
llegar a Aguaytía, capital de la provincia de Padre Abad, en Ucayali. Las
pesistas nacionales Angie Cárdenas, de 25 años; y Eldi Paredes, de 18, están
emocionadas. Desde enero no ven a sus familias, pero un torneo en casa, donde
son invitadas de honor, les permite verlas antes de lo esperado. Para eso han
hecho un alto en sus entrenamientos en la Villa Deportiva Nacional, en San
Luis. Y al menos por un instante se olvidan de las competencias que vienen
(Lima 2019 es la más próxima). Sus mentes, al igual que el cielo que nos guía,
están despejadas.
FUTURO
QUE BRILLA
Eldi
conoció el mundo de la halterofilia a los 12 años, en una visita a casa de su
abuela paterna. Su tío Pedro Paredes, que practicaba esta disciplina –que
consiste en levantar el máximo peso posible en una barra donde se colocan
discos de entre 5, 10, 15 y 20 kilos en los extremos–, la invitó a participar.
Accedió. Aunque, admite, no fue amor a primera vista. “Dejé de practicar y
después de un tiempo, por insistencia suya, volví”, recuerda. Empezó a
participar en los campeonatos locales y en cada uno ocupaba podio. Pronto, su
talento estuvo en la mira de los entrenadores del Instituto Peruano del Deporte
(IPD). Un año después la convocaron para ser parte del Centro de Entrenamiento
para Alto Rendimiento (CEAR), en Chiclayo.
La
misma edad tenía Angie cuando, hace 13 años, tuvo el primer acercamiento a las
pesas, gracias a su hermano mayor, al que veía entrenar todos los días. Le
bastó un año para batir el récord nacional: 51 kg en arranque y 65 kg en envión
(técnica que consiste en levantar la barra en dos tiempos: primero en los
hombros y luego impulsando la barra sobre la cabeza, con los brazos estirados)
en la división sub 13. En 2009, le llegó una invitación del CEAR. De aceptar,
podía formarse como deportista profesional y representar a Perú en competencias
internacionales, pero también debía dejar familia, amigos y su vida en Aguaytía.
Le costó, pero hoy no lo lamenta.
EL COMERCIO
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