La
ambición por un puñado de soles pudo más que el amor que decía sentir. Sadat
Jamerlin Asto Retis (34) pasará los próximos 18 meses en la cárcel a la espera
de una sentencia, luego que un juez de Intervención Preparatoria de la
provincia de Padre Abad, en Ucayali, dictara prisión preventiva para él por el
brutal asesinato cometido contra su pareja, la comerciante Gisela Curico Pinedo
(42).
Asto
Retis, un hombre sin oficio conocido, le "aconsejó" a Gisela pedir un
préstamo de 25 mil soles a un banco para juntos formar una pequeña empresa de
compra y venta de madera. Ella conseguiría el capital y él un terreno grande en
el caserío de Sábalo. Parecía un buen negocio.
Sin
embargo, tres horas después de retirar el dinero, Sadat Asto la llevó con
engaños al caserío de Sábalo, donde la estranguló en medio de la selva.
Luego
escondió su cadáver entre los matorrales y fugó con el dinero hacia Lima, donde
fue detenido por la Policía 69 días después, comprando ropa y equipos
electrónicos en un conocido centro comercial.
"No
tuve el valor de enterrarla porque pensaba que su alma me iba a
perseguir", contó con cinismo el feminicida a los policías que lo
detuvieron.
Durante
más de un mes, Sadat fingió su muerte. Hizo creer a su cuñada Alina Bocanegra
Pinedo que tanto él como su pareja, Gisela, habían sido asesinados por
traficantes de drogas en Pichanaki. Incluso se valió de una mujer para hacer
una llamada anónima dando cuenta de ese hecho.
"Llamaba
a mi hermana y una mujer me contestó, Me dijo que había hallado este celular
junto a dos cadáveres en Pichanaki", contó Alina.
Pero
un error al contestar uno de los mensajes de Alina trajo abajo su coartada y lo
puso en la mira de la Policía, que tras acopiar su récord de llamadas y
geolocalización de su celular logró ubicarlo y detenerlo.
Con
ayuda de la División de Secuestros de la Dirincri, Sadat fue interrogado por
horas hasta que confesó cómo y por qué cometió el asesinato de Gisela Curico,
pareja con quien convivió por más de un año en la localidad de Aguaytía.
"Me entró la codicia y lo hice", confesó.
Fuente: La República
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