Los
viajes de vacaciones, aunque por poco tiempo, siempre es reconfortante. No obstante, estos
días que estuve fuera de Aguaytía, mi experiencia del viaje estuvo matizado con
el testimonio sombrío de una muchacha dinámica y empeñosa. Ella muy
desilusionada me narró el maltrato y la ingratitud de su candidato que llegó al
poder gracias a su ayuda y esfuerzo.
“Cuanto
ha cambiado, antes de ganar era otra persona, era muy atento, muy ameno y
gentil con mi persona. Desde lejos levantaba la mano para saludarme. Yo, como
siempre, muy entusiasmada trabajé duro por ese señor, porque creí que cumpliría su promesa de darme
un puesto de trabajo”, dice la muchacha.
Agrega que no solo ella le puso todas las ganas en la campaña, sino toda su
familia.
“Estaba
segura que iba trabajar, no solo porque
le apoyé, sino porque tengo mi carrera y los estudios como para uno de los
cargos que existen en la municipalidad”, dice ella.
“Me
presenté a la convocatoria Cas, puse mis documentos como los otros; pero al
final, en la publicación de los resultados no apareció mi nombre”, dice,
casi ahogándose. “Lo que más rabia me da
es que en la publicación de los resultados figuraban, y ahora ya trabajan, los
que no tenían los estudios, ni siquiera apoyaron en la campaña, sino que
entraron por otros medios”, indica,
“Y
el alcalde ahora ya no es el mismo, ya no me saluda, ya no me sonríe, ni
siquiera me da la cara. Tengo rabia e impotencia. Yo que tanto me rajé por él,
que puse a disposición mis motos, mi tiempo y parte de mi vida, me da este pago”.
Escucharle,
lleva a sentir y pensar como ella, lleva
a reflexionar: cuántos jóvenes y señoritas, estarán en esta misma condición en las
provincias y distritos del país. Ojalá que no en nuestra provincia.
Es
lo malo de los candidatos, se sobregiran en sus compromisos y luego, a la hora
de la hora, no son capaces de cumplir y terminan desilusionando a esa gente que
antes dio todo de sí. También nuestros
jóvenes y conciudadanos tienen cierta responsabilidad para que esto sea así. El candidato, un mismo puesto, ofrece a
decenas o a cientos de sus seguidores. Se tiene
que aprender a ser
incondicionales a la hora de elegir a una autoridad para no terminar decepcionados.
El
desempleo y el subempleo siguen siendo uno de los problemas, para los que que
se tiene que pensar también hacer planes específicos. Nadie puede hacer
desarrollo de un pueblo, si no piensa en el desarrollo humano, habrá desarrollo
humano cuando las personas cuenten con lo básico y para ello deben contar con un
empleo.
En
las campañas se les tiene que exigir a
los que quieren ser autoridades, presentar sus propuestas también ligado a la
economía y a la generación de trabajo. Lo que aún no se ha dado en nuestras
provincias y se da casos como estos, que luego de crear falsas expectativas se cosechan
odios, rencores y desilusiones.
Quizá no se puede cumplir absolutamente todas las promesas, tal vez los políticos no pueden cumplir con todos sus compromisos personales, pero lo que nunca deben hacer es
cambiar tanto, dejar de sonreír al militante, dejar de expresar su amistad
a sus amigos de la campaña.
Prof. Bilsán.
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