No les falta razón. Hay gente en nuestra localidad, aquí, en Aguaytía, en Pucallpa y nuestro país que se ufana de llamarse político; pero no tienen la mínima idea de lo que significa ser un político. Ellos son “políticos”, claro bajo el concepto que todos conocemos.
Si fueran políticos auténticos, fueran ejemplo de servicio humano real, si fueran políticos tendrían una doctrina política, filosófica y moral. Si fueran políticos no andarían pasando de tienda en tienda política. Hoy del aguaje mañana de plátano, pasado de loro, luego de cocona, luego del tigrillo, luego del mono, etc.
En Aguaytía no he visto ni siquiera a uno de los que ahora ostentan algún poder, que tengan la mínima cualidad para llamarse político. De cerca he conocido que hay mucha pobreza en cuanto a su formación doctrinaria, no conocen sus estatutos de su agrupación, nunca se reúnen para adoctrinar. No se reúnen con los jóvenes para hablarles sobre la política y sobre la importancia de este y lo que implica con respecto a la responsabilidad. Sobre todas las cosas, les falta sinceridad.
Las características de estos políticos son: agrupamiento de personas con fines lucrativas, con campañas que compre conciencias con regalos, ganar a como dé lugar, mintiendo, engañando, robando, asesinando. Una vez en el poder es cumplir con su objetivo, saquear las arcas del estado con sustento muy bien maquillado.
Con licitaciones arreglados, con inflación de montos, compra de boletas entre otros. A esto se suma la tolerancia del pueblo, la tolerancia de las otras autoridades. De complicidad de los fiscalizadores, consejeros, regidores. Qué vamos esperar de consejeros y regidores si es que se alían para tapar sus fechorías con el que gobierna.
Se tiene que pensar en nuevos políticos que tenga sinceridad, con trayectoria limpia en todo sentido, aquel que tenga sostenibilidad en el tiempo, que goce de cualidades que pueda representar a su pueblo. Los jóvenes que aspiran a la política deben ubicar que el concepto de política es servicio, servicio al pueblo, significa asumir una tarea delicada, no siempre buscando ganar en una contienda, sino, participar con planteamientos objetivos para resolver los problemas de una comunidad.
Para eso se requiere tener conocimientos de la misma realidad en todos los campos. Debe prepararse con tiempo, debe saber debatir y sustentar ideas, exponer, dejarse entender. Sobre todo tener amor así mismo y a los demás, mejor si teme a Dios y vive conforme sus reglas.
Cuando nuestra sociedad haya abierto los ojos, entonces caminaran por la línea de los verdaderos políticos.
Bilsán Salazar Uzuriaga
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