Cómo olvidar aquel drama contemplado
en vivo y en directo a través de la televisión, un día como hoy, 11 de
setiembre del 2011, ocurrido 14 años atrás.
Terroristas hicieron estrellar a aviones con todos sus pasajeros que habían secuestrado
previamente, contra las Torres Gemelas (World
Trade Center de Nueva York) de Estados Unidos, derribándolos y causando la
muerte de 3 000 personas.
El primer avión secuestrado llevaba
81 pasajeros con 11 tripulantes y tenía la ruta de Boston entre los
Ángeles, chocó contra la torre
Norte, en su piso 80. Todos pensaban que
se trataba de un accidente.
A los 18 minutos, cuanto se
dedicaban a socorrer a los heridos del primer ataque, el segundo avión se
estrella contra el piso 40 de la torre Sur.
El cual lleva a concluir que no se trata de un accidente sino de un ataque
terrorista.
Ahí no terminaba, 30 minutos después,
a las 09:43, un tercer avión se estrelló en Virginia contra el Pentágono, órgano
del Ministerio de Defensa estadounidense, causando el mismo escenario de muerte
y caos.
Ante una realidad de tamaña
hostilidad, el pánico y el nerviosismo se
generalizó en Estados Unidos, decretando el gobierno alerta máxima en todo el
país. Por temor a nuevos ataques, se evacuó a todos los edificios y se serró
los aeropuertos.
A las 10:00 horas, la Torre Sur (la
segunda en recibir el ataque) se desplomó con miles de personas en su interior
y generando la ruina que mató a otros muchos más. Y a las 10:28, la segunda torre,
la Norte, también se desplomó por completo, causando la muerte de miles de
personas.
El mundo entero atónito observaba
estos hechos en sus televisores, en vivo, como si se tratara de una película de ficción. Fue un duro golpe a lo que representaba el
poder económico y político de EE. UU.
De los 40 000 que laboraban en
etas torres, 3.000 personas resultaron
muertos y 6.000 heridos.
El Gobierno de George W. Bush
culpó al grupo extremista afgano Al Qaeda, liderado en aquel entonces por Osama
Bin Laden. No obstante, otras investigaciones posteriores, dieron a conocer que
se trató de un autogolpe por intereses económicos, generando una gran controversia que hasta ahora se discute.
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