Muchos, de manera secreta más que otros, expresan su desprecio y rechazo a los foráneos, sin darse cuenta que tampoco ellos son realmente oriundos de este sitio. Harta escuchar a personas que se creen muy originarios, muy amantes de su pueblo a través de su verborragia pero con una clara xenofobia al prójimo advenedizo y peor aún, con actos que van en contra del pueblo que dicen querer.
Nadie es dueño de un sitio. Nadie es auténticamente de un lugar determinado. Todos nos hemos desplazado y luego nos quedamos donde ahora estamos, unos con mayor tiempo que otros. Algunos llevan en estas tierras de 10 a 20 años, otros tienen 5 años, algunos acaban de llegar. La gente se viene y se va. Hay Aguaytianos en Lima, Puno, Callao, etc. Como también hay aguaytianos en EE UU. De la misma manera, Aguaytía alberga a ciudadanos de todas partes. Por lo tanto, suena tonto decir que yo soy de aquí, tú no y por ello no mereces las bondades de esta localidad. Hasta los mismos Shipibos y Cacataibos en algún momento han llegado a poblar esta zona de otros lugares.
Debemos tratar a todos como a nuestros hermanos, no importando el tiempo que llevan en este lugar. Debemos compartirle con sinceridad sobre la tierra que nos acoge. Brindarle el afecto al que llega, ubicarle en el sitio donde mejor puede desenvolverse, acorde a sus cualidades, para que contribuya en el desarrollo de este pueblo. Si hacemos eso, ese mismo trato recibirán los nuestros cuando vayan a otros lugares.
El que lleva 20 años o más no tiene autoridad para menospreciar al que tiene 5 o menos, Porque en algún memento todos hemos sido nuevos en esta tierra.
Es hora de sacar ya de nuestras mentes esa idea del rechazo a los hermanos que llegan. Además, todos somos forasteros en este mundo. Por el momento somos de este lugar, luego seremos parte del otro mundo. Entonces, no alardeas tanto ser tú sí de esta tierra, tratando de hacerle sentir mal al nuevo.

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